Una de las situaciones más complicadas que se le presentan a jugadores y cuerpo técnico durante un partido es atacar a un equipo que se cierra y que renuncia totalmente al control del juego para usar como única arma ofensiva los contraataques, realizando un repliegue intensivo una vez pierde la posesión del balón.
En ocasiones los equipos se saben muy inferiores y usan está estrategia desde el inicio del encuentro, otras veces defienden un marcador que les favorece… El caso es que el equipo que ataca se encuentra muy cerca del área rival pero tiene ante sí un entramado defensivo que en muchas ocasiones es insuperable.
¿Cómo puede un equipo atacar con eficacia ante esta situación?
En las últimas temporadas la selección española y el Barça de Guardiola se han encontrado numerosas veces ante complicadas situaciones defensivas. Aunque siempre nos acordaremos más de la derrota del Barça ante el Chelsea y de la de España ante Suiza, han dado grandes lecciones de cómo desarmarlas en pocos minutos.
A continuación se exponen los argumentos ofensivos que debe poner en práctica un equipo que quiera atacar con solvencia este tipo de defensa.
- Controlar el juego y conservar el balón
En principio puede parecer sencillo que el equipo que ataca controle el juego mientras el otro equipo espera cerca de su área con las líneas muy juntas. Pero realmente si no se consiguen llevar a cabo acciones de peligro el equipo que defiende será el que esté controlando el partido y llevándolo a su terreno.
Así pues la conservación o posesión del balón debe ser el auténtico motor del juego. A los jugadores no les debe importa tardar un poco más en llegar al área rival y no les debe incomodar jugar con su portero o con sus centrales. El objetivo debe ser controlar el juego y a partir de ahí atacar, mediante desmarques que generan espacios libres, jugadores que ocupen y aprovechen esos espacios cuando logren la posesión del balón y unas ayudas permanentes y constantes al poseedor del balón.
- Amplitud en el juego .
Situar a los jugadores de manera que se obligue a los rivales a abandonar sus zonas defensivas llegando a las bandas y dejando de este modo espacios libres cercanos al área.
Para conseguir la amplitud es muy importante situar un jugador en cada banda que actúe como extremo. Si el extremo se encuentra bien marcado y cada vez que le llega el balón es incapaz de crear peligro, mediante un pase o una acción individual, habrá que buscar otras soluciones como las diagonales al área del extremo o los desmarques de ruptura del lateral buscando superioridades en banda.
El desmarque de ruptura del lateral obliga a su defensor a seguirle hasta que vuelve a marcarle correctamente, creando un espacio en el medio campo cercano a la banda muy útil para los centrocampistas ya que desde esa posición encuentran líneas de pase hacia el interior o cambios de orientación buscando a sus compañeros de la otra banda donde encontrarán superioridad numérica por la basculación de los defensores.
- Adelantar líneas
La propia situación del rival favorece el que se vayan adelantando las líneas, pero es muy importante no acumular jugadores sin sentido. En este aspecto cobra vital importancia el papel de los dos centrales ya que deben jugar como si de medios centros se tratase, ocupando su misma posición en el campo y moviendo con rapidez el balón de una banda a otra o intentado dar profundidad con un pase que busque verticalidad.
Los laterales es muy frecuente que durante un partido adelanten su posición mediante desmarques de ruptura. Pero ante un equipo cerrado, cuando no realicen un desmarque, deben estar siempre en una posición que permita ayudar a sus compañeros.
Los medios centros deben ser los jugadores con más movilidad, ya que el espacio en el que se van a tener que desenvolver queda reducido a menos de la mitad, por lo que es esencial que ocupen posiciones tanto dentro del área como en la frontal y acudan en apoyo de los centrales y las bandas.
- Movilidad de todos los jugadores
Es muy frecuente que se acumulen jugadores por el centro del ataque ya que al delantero se unen los extremos en sus diagonales y los medios en sus desmarques de ruptura, esta acumulación de jugadores facilitará la defensa del rival, así pues la movilidad de los jugadores será básica.
Es necesario que el delantero sea capaz de llegar a banda arrastrando a su defensor para dejar espacios por el centro que usen otros jugadores (medios y extremos).
Con total certeza hay más formas para desbaratar una defensa muy cerrada, pero si se cuenta con jugadores versatiles, el conseguir amplitud en el juego, adelantar líneas y propiciar la movilidad, serán sin duda uno de los primeros argumentos que se deberían poner en práctica.
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