martes, 21 de agosto de 2012

La brutal historia de Samia, la atleta olímpica que murió en una patera

No me gusta contar este tipo de historias y en mi blog, dedicado al fútbol y al entrenamiento deportivo de este deporte, no tiene mucho sitio, pero me ha impactado esta noticia tanto que quería compartirla con vosotros, la historia que se relata a continuación es de una chica con afán de superación que lucha contra todo lo que puede luchar, pero a veces tenemos la mala suerte de nacer en un país o en una familia u otra y esto hace que las ilusiones por cumplir un sueño sean más fáciles para algunos y más difíciles para otros, maldito dinero, política y discriminaciones a la igualdad en la humanidad, es una pena que en este mundo no prime la intención y el talento antes que el dinero.
Mi recuerdo a esta chica que dejó su vida por un sueño imposible para su alcance. 


Les contamos la escalofriante y conmovedora la historia de la atleta somalí Samia Yusuf Omar. De los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, a morir en una patera buscando un país donde poder entrenarse.
Samia Yusuf Omar había conmovido al mundo con su carrera en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Pekín, donde llegó última, pero demostró el verdadero espíritu olímpico. No pudo repetir su participación en Londres pues murió en el intento de llegar en una patera a las costas italianas, informa Efe.
La triste historia de Samia ocupa las primeras páginas de los medios de comunicación italianos que citan las declaraciones de algunos de sus compatriotas somalíes, que aseguran que la atleta se embarcó en Libia con dirección a Italia buscando una nueva vida, pero murió en la travesía.
El mediofondista somalí Abdi Bile, medalla de oro en los 1.500 metros en el Mundial de atletismo de Roma, en 1987, fue el encargado de contar a la prensa durante una reunión del Comité Olímpico Nacional de Somalia qué había sido de aquella chica de 17 años que conmovió al público del estadio Olímpico de Pekín, que aplaudió su llegada en solitario a la meta con 10 segundos de retraso respecto al resto de las atletas.
"Ha sido una experiencia bellísima, he portado la bandera de mi país, he desfilado con miles de atletas del mundo", expresó Samia tras su experiencia olímpica al volver a Mogadiscio.
Por ello había continuado pese a todas las dificultades a entrenarse duramente en el destartalado estadio olímpico de la capital somalí para poder volver a participar en unos Juegos Olímpicos.
El entrenador de Sami, Mustafa Abdelaziz, confirmó al Corriere della Sera que la atleta se embarcó este verano en una patera para intentar llegar a Italia y seguir su carrera deportiva ante la falta de fondos de su país.
Su madre, explicó Abdelaziz, vendió incluso un pequeño terreno para financiar su viaje y que pudiera así cumplir su sueño y tener una vida alejada de las guerras y la precariedad.
"Los supervivientes de ese viaje comunicaron la lista de las personas que habían fallecido durante la travesía y allí estaba su nombre (...). Nos quedamos helados. Sabíamos que el viaje hacia Occidente es peligroso, pero no nos podíamos imaginar que ella sería una de sus víctimas", agregó Abdelaziz.
Samia nació en 1991. Era la mayor de seis hermanos, hija de una vendedora de frutas y su padre murió en uno de las múltiples conflictos que se viven en el país.
En mayo de 2008, Samia se coronó campeona africana de los 100 metros y con solo 17 años desembarcaba en Pekín para hacerse abanderada del lema del barón Pierre de Coubertin, lo importante no es ganar sino participar. El mar Mediterráneo acabó con todos sus sueños.


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